psicología infantil

Cuando los niños comienzan a crecer y desarrollarse, aprenden una serie de habilidades que las van logrando superar en periodos de tiempo evolutivos, como por ejemplo dar el primer paso, sonreír, coger un objeto con la mano, etc., a esto podemos llamarle fases o hitos del desarrollo.

Cuando existe un Retraso en el Desarrollo Madurativo Infantil, lo que sucede es que esa fase o hito no se desarrolla en el momento adecuado (en el rango de edad establecido), es decir el niño o la niña con retraso madurativo mantiene características similares a las de los niños de menor edad cronológica.

Los menores que padecen algún tipo de retraso madurativo suelen tener afectadas varias áreas de desarrollo como puede ser la psicomotrocidad, el lenguaje, el desarrollo cognitiva y/o la interacción social.

En la mayoría de los casos, los niños que padecen retraso del desarrollo madurativo infantil, suelen progresar en su desarrollo y llega a normalizarse, más o menos, especialmente si recibe una estimulación adecuada. Por ello, podemos decir que el retraso madurativo es temporal, dura un tiempo limitado hasta que se logra ver como evoluciona a medida que el menor crece.

Además, al menos al principio, es difícil o imposible determinar si el retraso es un indicador de un problema de largo plazo con el desarrollo o el aprendizaje (por ejemplo, se conoce como una discapacidad) o si el niño va a alcanzar la normalidad con respecto a otros niños de su misma edad.

Hay cinco grupos principales de habilidades que componen las fases del desarrollo. Un niño o niña puede tener afectado una o más áreas :

Un retraso general en el desarrollo es cuando los niños tienen retrasos en al menos dos áreas.

  • Habilidades cognitivas: Es la habilidad para pensar, aprender, comprender y resolver problemas. Ejemplo: En los bebés se muestra como curiosidad. Es cómo su hija o hijo explora el mundo a su alrededor con sus ojos, sus oídos y sus manos. En los niños pequeños también incluye cosas como aprender a contar, nombrar los colores y aprender nuevas palabras, entender el razonamiento y recordar cosas.
  • Habilidades sociales y emocionales: Es la habilidad para relacionarse con otras personas. Eso incluye ser capaz de expresar y controlar las emociones. Ejemplo: En los bebés significa sonreír a las personas y hacer sonidos para comunicarse. En los niños pequeños significa ser capaz de pedir ayuda, mostrar y expresar sentimientos y llevarse bien con los otros.
  • Habilidades del habla y el lenguaje: Es la habilidad para usar y entender el lenguaje.Usar el lenguaje corporal y los gestos, la comunicación y la comprensión de lo que otros dicen. Ejemplo: En los bebés incluye balbucear.
  • Habilidades motoras finas y gruesas: Es la habilidad de usar músculos pequeños (motoras finas), particularmente en las manos, y los músculos grandes (motoras gruesas) del cuerpo. Ejemplo: Los bebés usan las habilidades motoras finas para agarrar cosas. Los niños pequeños las usan para agarrar utensilios, manipular objetos y dibujar. Los bebés usan las habilidades motoras gruesas para sentarse, darse la vuelta y empezar a caminar. Los niños mayores las usan para saltar, correr y subir escaleras.
  • Actividades de la vida diaria: Es la habilidad de realizar actividades cotidianas. En los niños incluye alimentarse, vestirse y bañarse ellos mismos.

No existe una causa única de los retrasos en el desarrollo, pero algunos factores de riesgo incluyen:

  1. Complicaciones al nacer: Haber nacido prematuramente o con bajo peso, no haber recibido suficiente oxígeno al nacer.
  2. Problemas ambientales: Envenenamiento con plomo, nutrición deficiente, haber estado expuesto al alcohol o a las drogas antes del nacimiento, situaciones familiares difíciles o trauma.
  3. Otras condiciones médicas: Infecciones de oído crónicas, problemas de visión, enfermedades, condiciones médicas o lesiones que tengan un efecto a largo plazo significativo en el funcionamiento diario del niño.

Es importante identificar los retrasos en el desarrollo temprano, así el tratamiento puede minimizar los efectos del problema. Los padres que tienen preocupaciones sobre el desarrollo de su hijo deben consultar directamente al pediatra del menor, quien podría hacer una remisión a un especialista, psicólogo del desarrollo o un neurólogo pediátrico. El asesor puede evaluar al niño y recomendar tratamientos y terapias que podrían beneficiarle.

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