psicología

Para empezar este post, y llegar a entender por qué me afectan  las opiniones de los demás, debemos comenzar explicando que somos seres sociales  y  por ende estamos constantemente buscando ser aprobados, aceptados y queridos por los demás, aunque no seamos conscientes de ello. El hecho de vivir en sociedad nos enseña a tener que buscar la inclusión y la aceptación por parte de otras personas, pero a veces en ese trayecto nos damos de frente con el rechazo y con el desacuerdo de alguna persona externa a nosotros y es entonces cuando no sabemos cómo actuar y/o gestionarlo.

 Uno de los mayores miedos de todas las personas es a ser rechazados,  no ser queridos y ser desaprobados, en definitiva es sentirse solos sin querer estarlo.

Desde nuestra infancia, somos educados mediante un sistema de premios y castigos, es decir, si hacemos lo que la sociedad considera correcto seremos aprobados y aceptados y si no lo hacemos pues no. Es esta una de las razones por las que se vuelve intrínseco a nosotros el buscar la aprobación de los demás, aunque no seamos conscientes de ello. 

Aquellas personas a las que les afecta en exceso la opinión de los demás suelen estar bastante preocupados y/o obsesionados por ser aprobados en general, es decir, quieren, necesitan caerles bien a todos, o por lo menos a la mayoría. Son del tipo de personas que nunca muestran su desacuerdo con los demás para evitar conflictos y por miedo a que no los acepten y aprueben. Lógicamente esto genera malestar en uno mismo ya que es imposible caer bien y estar en armonía con todo el mundo, con las mismas ideas e inquietudes.

A medida que pasa el tiempo vivir de este modo te agota, te llena estrés y te conviertes en alguien a quien los demás ven extremadamente inseguro. El ser humano le tiene tanto miedo al rechazo que es capaz de dejar de lado su propio bienestar y equilibrio emocional para tratar de recibir ese apoyo y cariño que ellos mismos no pueden o no saben darse y esto es un grave error!! Porque en ese proceso has dejado de ser tu mismo para complacer a los demás, olvidándote de tus necesidades y de tu felicidad.

Mucha gente no reconoce su inmensa necesidad de aprobación y prefieren mentirse a ellos mismos y mostrarse fuertes exteriormente cuando en realidad no lo son, y saben internamente que hay muchas cosas que les afectan pero prefieren no aceptarlo, eligen seguir encadenados a estos miedos ilógicos en vez de comenzar a superarlos. Es una completa locura intentar caer bien a todos. No puedes complacer a tus padres, amigos, compañeros de trabajo, pareja y familiares todo el tiempo, no es tu obligación complacer a nadie.

Siempre habrá alguien en tu vida que no estará de acuerdo con lo que hagas y eso es completamente normal. No significa que lo que estés haciendo esté equivocado, la desaprobación es un precio que hay que pagar por el simple hecho de estar vivo, de hacer lo que amas y querer lo mejor para tu vida.  No eres tu quien está equivocado. 

Cuando te dejas influenciar y condicionar por simples palabras  venidas de los demás y te afecta lo que alguien hable sobre ti, seguramente también será porque tu  autoestima está debilitada y no estés viendo las cosas desde un punto de vista acertado.

 Recuerda que casi nadie que te critica  de manera negativa quiere tu bienestar, si realmente quisieran tu bienestar buscarían la manera de ayudarte y no invertirían su tiempo en criticarte, juzgarte y hablar sobre algo de lo que realmente no tienen idea alguna. ¿Son ellos los que tienen que resolver tus problemas? Para nada, y el hecho de no mostrar empatía tendría que ser suficiente para demostrarte que sus opiniones no deberían tener valor alguno para ti.

Si aún a sabiendas de todo lo que te acabo de contar no logras aceptar que tu debes ser tu prioridad y que las opiniones de los demás deben quedarse en un segundo plano que no te limiten a la hora de ser tu mismo. Si no consigues que te dejen de afectar y no logras avanzar, ponte en contacto con Inma Rojo psicología.  Podremos ayudarte a que encuentres tu equilibrio y bienestar emocional, dándole la importancia justa a las opiniones de los demás.

Feliz Agosto. 

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